Juventud Divina Ilusiòn
(Irene y Noe)


Si Noé hubiera comprendido que combinar alcohol con demasiada juventud provoca niños tal vez ahora su vida no fuera tan complicada, pero aquella noche el vino lo había segado, era un títere del deseo sexual y corrió hasta la casa de aquella prostituta llamada petrona para calmar sus ansias sexuales pero sólo encontró a Irene la nana de los niños, una hermosa adolescente de 14 años cuyo rostro reflejaba inocencia y un futuro lleno de alegrías hasta esa noche…
-Petrona no está- dijo Irene y desde ese momento Noé dedujo que ahí había una posibilidad de seducción, imaginó todo menos el resultado de lo que sucedería, petrona no importaba ya, Irene era ahora el objetivo… y lanzó todo su arsenal de seducciones contra Irene hasta vencer su resistencia moral. Noé tenía 18 años ese día, edad suficiente para ser sentenciado unos cinco años en prisión por el delito de estupro, sin embargo él sólo quería pasarla bien, tener sexo e ir a descansar para despertar como si nada hubiera ocurrido… -¡Noé esto no esta bien, no quiero quedar embarazada, Noé vas a lastimarme!, por favor- … Para Irene todo esto era algo nuevo, quizás lo había escuchado y tal vez visto en algún video pornográfico, pero nunca había sentido el cuerpo desnudo de un hombre junto al suyo, la invadía el miedo pero también quería descubrir el misterio de la sexualidad dejándose llevar por esto ultimo. Al día siguiente todo era vergüenza y confusión, Irene y Noé despertaron desnudos en el sofá de la sala mientras los niños miraban aquella escena tan desagradable para todos, los niños, quienes ya alcanzaban a comprender lo que habían visto amenazaron a Irene con delatarla con su madre petrona.
Noé se las arregló sobornando con dinero a los niños a cambio de su silencio por lo que habían visto y tras una breve charla con Irene ambos quedaron en verse nuevamente a la media noche, cuando los niños ya estuvieran durmiendo… para Noé esto solo era una aventura que según él pronto terminaría, para Irene significaba muchas cosas, un nuevo amor, el amor de su vida, su primer amor. Y así, durante un año se escribía una historia de aventuras para Noé y de amor para Irene, la suerte los acompañaba siempre que Noé olvidaba comprar los preservativos o de abstenerse de eyacular dentro de Irene, el destino se compadecía de ellos hasta que un día, una infortunada madrugada Noé salía de aquella casa justo en el momento que el padre de Irene pasaba por el lugar… de inmediato se armó un escándalo, Irene se quedó inmóvil sin poder creer lo que estaba sucediendo, solo miraba correr a Noé y detrás de el a su padre con un machete intentando hacerlo mil pedazos.

La época de la juventud representa muchas cosas menos la más importante, el sentido de la responsabilidad; los tiempos actuales permiten mayor libertad a los jóvenes, muchas veces la rebeldía es el mejor chantaje para obligar a un padre a acceder a las absurdas peticiones de un hijo.
Irene y Noé se casaron, vivían en casa de su madre doña Micaela quien a los 6 meses después murió victima de cáncer de colón… era fácil ver la indiferencia con la que Irene era tratada, Noé no era el mismo seductor que ella había conocido, usaba cualquier pretexto para dejarla sola largas horas en casa para después regresar ebrio, insultarla y abofetearla…-algún día despertaras y te cobraras todas las acciones que esa rata miserable te hace hija mía- eran las palabras de consuelo que la madre de Irene le decía, sin embargo ella aun conservaba la esperanza de que Noé llegara a sentir algún pedacito de amor en su corazón.
Una noche Noé llegó demasiado ebrio, se había gastado todo el dinero de la quincena en un bar de mala muerte, parado en la puerta de su casa sin poder sostener el equilibrio intentaba encontrarse su billetera, metía sus manos en los bolsillos del pantalón una y otra vez mientras llamaba a Irene que le abriera la maldita puerta -Noé no vayas a golpearme por favor te lo suplico- susurraba Irene aterrada al ver el estado de su esposo, quien difícilmente sólo entraría para acostarse a dormir… -¡que abras la puerta!- dijo nuevamente Noé al tiempo que de una violenta patada destrozó el cerrojo de la puerta partiendo en mil pedazos los cristales y enviando al suelo a Irene quien dio un grito desgarrador… Noé entró a la casa, literalmente estaba poseído por el demonio, tomó de los cabellos a Irene mirándola con desprecio como si hubiera cometido el peor crimen del mundo por haberse casado con él -¡no te quiero, nunca te quise y nunca voy a quererte!- le dijo Noé al momento en que le soltaba una vehemente bofetada dejándola tirada en el suelo totalmente ensangrentada del rostro por los vidrios que cayeron sobre ella…

Naty la hermana de Noé fue a buscarlo a su casa el día siguiente... -¡que haz hecho hermano!- le preguntó mientras lo miraba de pies a cabeza, comprendiendo que en su rostro se reflejaba un profundo arrepentimiento por lo que le había echo a Irene, -el ministerio público te envía este citatorio, la delegada fue a dejármelo a mi casa porque no pudo localizarte- dijo nuevamente Naty y de pronto Noé se soltó en lagrimas cayendo hincado frente a su hermana –perdóname Irene, perdóname por todo el daño que te hice mi amor- murmuraba Noé a su hermana mientras a ella también se le aguaban los ojos al ver la tristeza de su hermano.
Ahí estaba Irene y Noé, solos en la oficina fría y silenciosa del juez calificador, esperando que éste llegara, Irene sostenía algo entre sus manos, un papel membretado con el nombre de un laboratorio de análisis clínicos, Noé sintió tanta curiosidad por saber lo que decía ese papel y le preguntó, pero ella volteó el rostro. Ella trataba de ocultar las heridas que tenia en el rostro con mechones de cabellos tumbados sobre sus mejillas mientras Noé intentaba tomarla de la mano queriéndole demostrar su arrepentimiento… -Irene yo- murmuro Noé -¡cállate, no hables por favor!- respondió Irene cortando de tajo los intentos de Noé por persuadirla. De pronto entró el juez en turno de apellido Ortega ofreciendo sus buenos días y recostándose en su sillón reclinable... –bien, vamos a ver qué tenemos aquí- dijo mientras corroboraba en el talonario de citas el caso que atendería – ¿ustedes son Irene Montemayor Broca y Noé Almeida García verdad? – preguntó a ambos y aquellos sólo respondieron que sí moviendo sus cabezas de arriba hacia abajo – bien, ahora la parte ofendida, ¿podría ser tan amable de exponerme la razón por la que ha decidido citar aquí a su esposo? Pregunto el juez Ortega dirigiéndose a Irene quien de inmediato comenzó a llorar en silencio y con voz entrecortada respondió – quiero separarme de mi esposo – dejando un breve silencio para después reanudar su respuesta – todo el tiempo que viví con este hombre sufrí demasiado por sus indiferencias, sus maltratos e insultos, pero lo que mas me ha dolido es haber escuchado de su propia boca que nunca llegará a sentir algo por mi – y en ese momento Noé quiso intervenir pero el juez Ortega no le permitió hasta que Irene terminara de hablar – él sólo estaba a mi lado porque mi padre lo obligó a casarse conmigo –prosiguió Irene y en ese momento el juez Ortega preguntó - ¡bien! ¿Joven Irene usted manifestó ayer que tenía tres semanas de retraso, no es así? – si señor – respondió Irene y nuevamente el juez Ortega preguntó – ¿Se hizo usted la prueba de embarazo en sangre que le solicité? – si señor, aquí está – nuevamente respondió Irene dejando el sobre en el escritorio que mantuvo en la mano todo el tiempo.

El juez Ortega levantó un acta que Irene y Noé firmaron la cual dejaba en claro las sanciones correspondientes a las que podría hacerse acreedor Noé en caso de que su esposa abortara y por haber lesiones de consideración el caso fue turnado al ministerio público, sin embargo, Irene aún sintiendo compasión por su esposo no interpuso querella contra él…

Irene no fue la misma desde aquel día, aunque vio nacer a su bebe sin complicaciones, en su rostro quedaron las huellas de aquella noche violenta que no podía olvidar siempre que se miraba en el espejo, su sonrisa ya no tenía esa alegría que le provocaba cuando veía llegar del trabajo a Noé, vivió para ser madre y esposa, pero en el fondo de su corazón quedaron las imágenes y las voces desafiantes de Noé, de las veces que suplicó clemencia y recibió tortura, de los momentos que pidió un poco de amor y a cambio recibió mucho dolor, Irene se había apagado al amor.
¿Por qué he escrito esta breve historia? ¿Tiene algún mensaje para meditar?... amigos míos esta es una historia real y te aseguro que muchos adolescentes puedan estar pasando por la misma situación que aquí has leído… Irene y Noé experimentaron el amor en el pleno apogeo de su juventud, sin embargo, ningún joven a esa edad está preparado para asumir un papel tan importante como pareja, pero el deseo sexual es el enemigo de cualquier adolescente que ande merodeando por ahí, mientras las consecuencias se esconden para presentarse en el momento menos esperado. Noé comprendió que realmente se había enamorado de Irene y que la amaba, sin embargo, Irene tal y como se le había dicho su madre, había despertado de ese mundo de ilusiones siendo aún una adolescente.
Las mujeres merecen todo nuestro respeto, hay que asumir un papel de responsabilidad màs a fondo con nuestros hijos e incluso tù mi querido amigo, si aùn eres adolescente toma en cuenta que en una relaciòn intervenen varios factores, no sòlo se basa en el amor e intercambio de besos, muchas veces por tomar decisiones equivocadas las consecuencias son trajicas, seamos consientes, eso es cultura.
Las mujeres merecen todo nuestro respeto, hay que asumir un papel de responsabilidad màs a fondo con nuestros hijos e incluso tù mi querido amigo, si aùn eres adolescente toma en cuenta que en una relaciòn intervenen varios factores, no sòlo se basa en el amor e intercambio de besos, muchas veces por tomar decisiones equivocadas las consecuencias son trajicas, seamos consientes, eso es cultura.
Saludos amigos y gracias por prestar un momento a estas líneas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario