JUSTIN BIEBER
¿SE TRATA DE OTRA BASURA ARTISTICA?
Mis queridos y mis no tan queridos sobrinos cómo han estado; seguramente sé que ha sido difícil para ustedes estos días que tristemente tuvieron que soportar mi ausencia, pero como saben, para la vida de un personaje público como yo, además de ser actor porno, empresario, ganadero, globero (perdón, quise decir bloguero), etc, etc, definitivamente es difícil sobrellevar una vida pausada en la que pueda dedicar más tiempo a determinados temas que en sí, no nos importan una chingada, pero al mismo tiempo nos hacen reflexionar y en el mejor de los casos, tomar una decisión correcta sobre lo que podría mejorar nuestro entorno cultural y social.
Todavía no termino de leer todos los comentarios que ustedes han depositado en las entradas anteriores de este blog, pero hasta donde he podido apreciar analíticamente hablando, es que mucha gente utiliza el internet (no todas por supuesto) como una forma de auto rechazo interior, es decir, encuentran sosiego temporal en sus vidas escuchando canciones banales carentes de sentido común, visitando sitios de artistas que en forma subconsciente los invitan a seguir auto rechazándose, como si de ello dependiera mantenerse anestesiados de la realidad en la que se encuentran.
Mucha gente que leyó el Blog Titulado: “Biografía de René Pérez (Residente) Vocalista del grupo Calle 13” en primera instancia consideró que se habían topado con un sitio que les proporcionaría suficiente información de éste “artista” salido de los barrios bajos de Puerto Rico; sin embargo, al leer detenidamente su contenido, reaccionaron como gusanos frente a un acido que les corroe la piel e inmediatamente lanzaron sus palabrerías insolentes contra un servidor que sólo logró por llegar a una conclusión básicamente sin importancia: “pobres bueyes”.
El punto es por consecuencia que quien se dice ser fan de Calle 13, ciertamente es un victimario del desencadenamiento de pobreza cultural que se vive hoy en día en nuestra sociedad. No por ello diremos que es un problema que no se pueda erradicar, pero para lograr tan colosal hazaña, es necesaria una depuración en cuanto a los géneros musicales nos referimos (por ejemplo el reggaetón y la música urbana, entre otros) es decir, prohibirnos escuchar estos ruidos que sólo logran estresarnos y comportarnos como orates defendiendo a un personaje que vive de la insolencia y el derroche económico de sus seguidores.
Supongamos que me pongo a mitad de un día soleado a mirar detenidamente la luz del sol, al cabo de unos cuantos minutos terminare con una severa crisis de ceguera y ardor ocular; lo mismo sucede al ir a un concierto de Justin Bieber…Gritas como estúpido toda la noche coreando “baby baby baby” y al final estas tan afónico que tus cuerdas bucales no se lubrican ni con aceite para motores de carrera.
Justin Bieber es un adolescente oriundo de Canadá y según datos recabados por mi persona, cuando mostró un gusto por la música fue su padre quien inmediatamente pensó en la desgracia que estaba sopesando sobre él, su esposa y su amante, quien estaba a punto de dejarlo sino la proveía de más dinero a la quincena. Justin gustaba mucho del violín y tocaba pedazos de fragmentos musicales frente a sus maestros y amigos, pero su padre le prohibía tocar aquel instrumento y en vez de ello, lo hacía pararse frente al micrófono de un karaoke improvisado obligándolo a que cantara cualquier estupidez, pero que por lo menos tuviera un 2% de lógica.
Al cabo de varios años practicando ejercicios de voz, su padre, motivado por un enorme deseo de ambición y para evitar que su amante lo abandonara, decidió presentarlo ante una disquera y tras un casting musical, Bieber convenció a los productores de aquella casa disquera quienes inmediatamente hicieron tratos con el padre de Justin para firmar los contratos correspondientes.
Fue así como Justin, cual marioneta amenazada con ser quemada en gasolina, hacía pequeñas presentaciones en parques de ferias y fiestas infantiles, mientras que por otro lado, su padre derrochaba los primeros frutos de las ganancias que su vástago le hacía llegar a su cuenta bancaria, gastándoselo en lujosos autos deportivos y fiestas privadas. Bieber solo quería ser violinista y demostrarle al mundo aquel talento que poseía, pero cada vez que comentaba sus aspiraciones a su padre, éste lo abofeteaba, lo tomaba del cuello, lo empujaba sobre la pared y lo amenazaba con matar a su madre si declinaba en las decisiones que ya se habían tomado. Bieber solo inclinaba la mirada expresando decepción hacia su padre y se resignaba cada vez más a seguir siendo un artista de trapo relleno de pólvora.
Un día, por primera vez Bieber fue presentado en un estadio de futbol Americano Profesional; la gran multitud aún no le conocía del todo y comenzaban a desesperarse mientras veían al muchacho inmóvil frente al micrófono. No podían distinguir si Justin se había dormido parado, si se había muerto ante la impresión de ver a tanta gente reunida en un solo lugar o si lloraba o reía de la emoción, nadie podía apreciar nada porque los cabellos de Bieber cubrían la mitad de su cara, hasta que su padre subió al escenario ofreciendo disculpas al público y de inmediato lo llevó a los vestidores. Allí lo golpeó fuertemente en el rostro y después de caer al suelo le dio muchas patadas en todo el cuerpo. Mientras Justin pedía perdón, su padre le decía que su madre era una ramera que moriría por su culpa.
Con un público impacientado Justin salió al escenario y ofreció lo mejor de sí, dejando a los concurrentes satisfechos al término del evento, sobre todo, a cientos de adolescentes quienes suspiraban por aquel muchacho de quien solo podían ver sus largos cabellos cubrir su rostro, más no los golpes que su padre le había propinado unas horas antes. Fue así, poco a poco en medio de torturas y amenazas como Justin logró alcanzar la fama que hasta ahora se le conoce, presentándose con una faceta oculta, cantando porquerías que sólo a su padre quien arrastrado por la avaricia y el placer terrenal se le pudieron ocurrir.
Justin, después de librarse un poco de las ataduras y compromisos que a diario tenía que cumplir, se sentaba bajo un árbol en el jardín de su casa y pensaba en el suicidio, sin embargo, se decía así mismo que todos los esfuerzos por defender a su madre habrían sido en vano, así que desistió ante la idea de privarse de la vida, se armó de valor y comenzó a escuchar aquella música de la cual él había repudiado desde su infancia. Escuchaba a Calle 13, a Wisin y Yandel, Tito el Bambino, Nigga, Eminem para ver si podía adoptar ese estilo mundano que a los dignos sirvientes de la porquería musical adoran escuchar y después de un gran litigio interior logró conseguirlo.
Su transformación radical no sólo se vio reflejada en su figura artística, sino también en las ganancias multimillonarias que su padre recibía en cada presentación que Justin realizaba; miles de seguidoras desgarraban sus ropas por un lugar a cientos de metros del aclamado cantante y quienes no lo conseguían prometían tomar cianuro para terminar con su vida. Bieber había hecho lo que su padre jamás conceptualizó hacer de él, incluso cuando éste se dirigía a su hijo lo hacía de una manera reverencial, como si estuviera frente a un dios que le proveería de vida eterna, mientras que Bieber tal vez le tenía preparado un destino muy diferente al que su padre creía.
Un día Justin organizó una pequeña carrera de autos de las que su padre era fanático, invitó a algunos amigos y por supuesto a su propio padre para que compitieran en una carrera padre e hijo; después de varias vueltas a la pista de carreras, el auto del padre de Justin comenzó a presentar fallas y optó por detenerse para que los mecánicos asistentes revisaran el problema. Cuando el papá de Bieber caminó unos metros fuera del auto de carreras, este explotó en mil pedazos lanzándolo por los aires varios metros hasta caer sobre las cercas de alambre que protegían a los asistentes, entre ellos la amante del padre de Bieber, quien había sido citada a presenciar la carrera y quien no daba crédito a lo sucedido.
De inmediato, la segunda dama corrió hasta el cuerpo del padre de Bieber, lo tomó de las manos que aún humeaban del calor provocado por la explosión y al compás del llanto le decía que todo iba estar bien, porque él era fuerte como una roca.
Cuando la dama alzó la mirada, miles de ojos miraban aquella escena que no permitía hallar una razón lógica hasta ese momento, algunos se preguntaban si aquella joven era alguna hija no reconocida por parte del padre de Bieber quien pretendía colgarse de la fama del cantante, mientras que otros señalaban que era una fanática enamorada del manager de Justin, sin embargo, una voz irrumpió a lo lejos rompiendo como un cristal todas las interrogantes que hasta ese momento se habían formulado -esa mujer es la amante de mi padre- y cuando todos voltearon para ver de dónde había provenido esa afirmación, quedaron impactados al ver que había sido Bieber quien la aseguraba profundamente, y mientras que con la palma de su mano derecha apartaba los cabellos que cubrían su rostro, todos pudieron darse cuenta de las cicatrices que el cantante tenía en su frente y cerca de sus parpados.
El padre de Bieber sobrevivió después de lo sucedido en la carrera de autos y aunque todos sabemos cuáles fueron las causas que originaron el accidente, lo cierto es que Justin aún conserva ese rencor hacía su padre, quien hizo de él un artista de trapo, una marioneta que vende porquerías cada vez que se pacta un concierto con este tipo de música sin sentido, una imagen pública que sólo es vista de manera superficial, sin admirar la profundidad de sus verdaderos sentimientos.
A decir verdad, hubiera preferido que Justin se hubiera muerto asfixiado mientras salía de las piernas de su madre, o que en vez de serle cortado el cordón umbilical le hubiesen cortado la lengua para que nunca en su puterrima vida hubiera dicho todas las pendejadas que sale a cantar a los escenarios. Cuando alguien se proclama fan de artistas como esta basura, es porque irremediablemente ellos se consideran basura, cuando alguien defiende la imagen de esta mierda comercial, es porque ellos son una mierda asoleada nadamás. Es verdad, sabemos que las nuevas generaciones necesitan de artistas frescos, pero ¿no hubiese sido mejor seguir apoyando a Calle 13? ¡digo!... si de basura se trata, pues hubiera preferido decirles al “Dúo Dinámico” que se vistieran con falditas TuTu y salieran a cantar “Baby Baby Baby” por tres horas seguidas… así me hubiera ahorrado tiempo, dinero y esfuerzo para andar navegando en el youtube buscando basura para venderla como pan caliente a las nuevas generaciones.
Es cuestión de inteligencia mis muchachos, las niñas pubertas solo necesitan un poco de droga y un artista de trapo para hacerse de marmaja los bolsillos… ¿quieres triunfar en la vida? Vuélvete manager de artistas y comienza a buscar basura en el youtube.
Saludos Sobrinos.
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