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lunes, 30 de mayo de 2011

NO ES QUE ME SIENTA SOLO




NO ES QUE ME SIENTA SOLO



No es que me sienta solo, pero tengo la certeza de que mi alma me abandonó; esas horas que se van tan de prisa como burlándose de mi desesperación.  Si tan solo tuviera un destino, un destino diferente al de la muerte, un destino diferente al de cualquiera, me sentiría tal vez menos infeliz.

Tuve en mis manos los mejores años de mi vida, los lancé al aire como un millonario nuevo, poco a poco los fui gastando hasta quedarme tan solo con mi desgracia, tan triste como un pedazo de leña mojada. Me pregunto qué hará mamá, estará papá a su lado de espaldas mirándome desde los cielos, deben estar impotentes tras ver que cada día quisiera estar con ellos…

De cierto modo la vida es miserable, seas rico o pobre, el dinero nos engaña, nos hace tremendamente felices, pero también nos hace maldecir nuestra existencia, yo siempre voy a culpar al dinero sobre todas las desgracias del mundo, incluyendo mi protesta y mis grandes deseos de morir, porque si estas enfermo y no puedes pagar la operación, te mueres, porque si dejas de proveer de leche al niño, se muere, porque si no pagas a tiempo, se te cargan mas intereses y también más preocupaciones, ante ello descuidas tus labores, discutes con tus compañeros de trabajo, con la familia, con los amigos y con Dios mismo… y si no te han pagado el dinero que te deben, lo matas, tal vez lo metes a la cárcel o simplemente lo dejas de hablar. Es muy cierto aquel dicho que no ha muerto y que versa “cuando las deudas entran por la puerta, el amor sale por la ventana” …


No es que me sienta solo, pero tengo tantos amigos lejanos y quisiera abrazarlos y llorar en sus hombros por tantos años perdidos, aquellos quienes no se si ahora ríen o lloran, pero fueron los mejores amigos que tuve durante mi infancia… ¿Qué te falta por quitarme destino? Porque das poco y quitas demasiado, me has golpeado tan fuerte que aún deambulo inconsciente por la vida…

No, no quiero sentirme solo, aunque no hay nadie que me escuche y trate de decirme que debo ser más optimista ante la vida, pero tal vez le diría a aquella persona que yo soy el hombre más optimista del mundo, pero por ahora sólo estoy siendo realista…

Lloro porque es preciso que llore, pero no me siento solo, aunque nadie esté a mi lado y le importe saber la causa de mi sufrimiento, solo no me siento, porque si he de morir no será de soledad, porque esa es la muerte más terrible que todas las demás…

No es que me sienta solo ¡no, eso jamás! Aunque yo esté en boca de las maldiciones de mis enemigos, aunque ese sea el miedo mas grande del que huye la humanidad; jamás llorare por soledad, así tenga que sentirme en compañía de mis dudas y rogarle a la suerte que me brinde su amistad…

No es que me sienta solo, pero escucho el llamado de la soledad a pelear, se burla ante mi rostro, me escupe los ojos y me llama cobarde, sin embargo, no es eso lo que me haría perder la paciencia, porque si hay algo de lo que dependo para no ser un combatiente, es escuchar de tu voz que me amaras para siempre. 

Victor A. Chan Arias 

viernes, 13 de mayo de 2011

¡Ah que bonito mi choquito!


¡Ah que bonito mi choquito!

 
Ustedes me van a disculpar, pero no me he bañado desde el día que le toqué el vestido a la embajadora de Cárdenas en la imposición de bandas ¡que emoción!... ya quisieran esos pendejitos que se quedaron viendo la transmisión echados en sus asientos hogareños sentir esta satisfacción que siento ahora. 


Se acercaba el momento, mi queridísimo amigazo del alma Alex de Siracusa y yo henos ahí a las dos de la pedorra tarde esperando el TRT, pero todos pasaban hasta el culo de gente vaga y emocionada por apoyar a su representante, mientras más camiones se nos iban, mas me súper mentaba la madre por no haber dejado planchado mi pantalón cholo con estampado de dragones, nos hubiera dado tiempo hasta de cagar, pero también me emocionaba porque era de imaginarse que aquello estaría hasta la madre de gente, chicas con minifalda y toda esa maniática onda que nos gusta a los chavos.


Por fin a los lejos un camión de esos guajoloteros nos encendía y apagaba la luz, traía una cartulina al frente que decía “a la imposición de bandas” y me dice Alex -¡Hazle la parada, hazle la parada! ¿Que no vez que yo traigo los espanta suegras, globos y pancartas?- y se me ocurrió decirle - ¡ya vez cabron! ¡Mejor nos hubiéramos quedado desde ayer afuera del parque Tabasco, aunque nos comiera el pinche mosquito, para evitar pasar por estas penurias! – Pero él aún más encabronado me dijo – ¡no mames cabron! La culpa la tienes tu por ponerte a planchar ese maldito pantalón de mierda que llevas… ¿No vez pendejo que allá va hacer un calor de la chingada? – Pero yo le volví a responder - ¡Pues me vale que se me cuezan los huevos, pero yo no me pierdo esto por nada del mundo!... 


Dejamos de discutir, nos dimos un abrazo, nos subimos al mierda camión y allá vamos sudados, apretados y contentos, cantando “mientes, me haces daño y luego te arrepientes, na, na, na, na” esa hermosa canción favorita de mí amigo Alex de Siracusa…
-¡Por fin llegamos!- dije muy emocionado, pero Alex me dijo -¡No mames, aún vamos por el basurero!...

Dos horas después Alex dijo -¡ahora si llegamos cabron! ¡Ayúdame a bajar toda esta pendejada! - ¡Claro!- le respondí-…y comenzamos a bajar como 6 kilos de confeti, tres bolsas de espanta suegras, quince cartulinas con el rostro de la embajadora de Cárdenas, 8 kilos de globo (apenas los teníamos que inflar)- ¡Oye cabron! Dije dirigiéndome a mi amigo Alex – Pero apenas estamos en la gasolinera ¿no? – Él contestó - ¡Si y que pedo! - ¡No me digas que esa bola de güevones están haciendo cola para entrar al máximo evento! – Comenté algo intrigado -  ¡No mames! -  volvió a responderme, -¿no vez que esa fila es para ir al baño? - ¡Y donde putas están los baños! – Le pregunté - ¡Pues adentro del parque Tabasco, como a un kilometro de aquí! – respondió…

Pero como todo buen choco aguanté “vara” y tres horas después pudimos entrar… las choquitas gritaban emocionadas mientras sus novios se tapaban los oídos, era completamente imposible hablarse entre sí, solo mediante señas podías comunicarte con alguien dentro de ese tumulto de nacos ¡perdón! de chavos… 

Ni siquiera se nos ocurrió traer el termo con pozol que Alex dejó en el refrigerador de su casa el otro día, para colmo sólo íbamos con lo del pasaje, los pinches tacos estaban carísimos, no nos alcanzaba ni para unos fritos con chorizo, el calor estaba de la pinche chingada, mientras que cada vez más seguían llegando camiones y camionetas cargadas de gente con pancartas. 

En algún momento me puse a pensar que Alex de Siracusa tenía razón con eso del pantalón que traje, pues cada que caminaba sentía que las piernas se me rostizaban y los testículos se me freían entre tanto sudor, pero fingía estar fresco para evitar que Alex me burlara…

¡Al fin, al fin! La embajadora de Cárdenas pasaba como a cinco metros de nosotros, Alex se apresuraba con los globos, mientras yo destapaba las bolsas de confeti y las tiraba a los demás compañeros, pero como estaban bañados en sudor se les quedaban pegados en el rostro, era asqueroso verlos con los cachetes y el cuello mezclado de confeti y sudor, alguien me dijo -¡deja de aventar esa puta madre cabron!- y mejor ya no seguí por temor a represalias…

Cuando voltee para ver a Alex éste ya no estaba, lo busqué entre mis compañeros que venían a apoyar a la embajadora de Cárdenas, pero alguien me dijo  que lo habían sacado para que tomara aire, porque al estar inflando los globos se desmalló, -¡no mames!- dije asustado y trate de salir de aquel lugar pero era demasiado tarde, era como remar contra corriente, unos me pasaban sus brazos sudados en la boca, otros me aplastaban los pies, algunos mas gritaban despavoridos buscando a alguien que se les había perdido, se mezclaban miles de olores, a trasero, a pies mojados, a axilas hediondas, a bocas con aliento a mierda…

De pronto desperté en la Cruz Roja junto a mi amigo Alex, estábamos aturdidos, pero por fortuna aún con vida… él quería regresar para saludar a la embajadora de Cárdenas, pero los paramédicos nos dijeron que el evento ya había terminado, aunque nos tenían una sorpresa… -¡Cual!- dijo Alex- la embajadora de Cárdenas había venido a felicitarnos por nuestro noble apoyo -¡Y dónde, dónde está! – pregunte muy entusiasmado… pero como estábamos desmayados, sólo nos dejó un poster firmado por ella y se fue…

Al día siguiente, Alex y yo nos prometimos apoyar hasta la muerte a nuestra flor, así es, hasta la muerte…

Saludos Sobrinos...